04 diciembre 2013

Frutas de temporada

Todos sabemos los numerosos beneficios para nuestra salud que derivan del consumo de, al menos, cinco raciones de fruta y verdura al día.

Estas ventajas se deben, entre otros motivos, a su poder antioxidante, que ayuda al organismo a luchar frente a los radicales libres; y a su alto contenido en vitaminas, fundamentalmente del grupo B y C; y en fibra, que favorece el transito intestinal.

La variedad de frutas que tenemos a nuestro alcance es inmensa, lo cual no nos deja excusas, ya que sean cuales sean nuestros gustos, seguro que encontramos varias que se adaptan a ellos.

A la hora de elegirlas, eso sí, y como ya dijimos en nuestro post a cerca de la dieta mediterránea, es importarte elegir las de temporada. ¿ Cuáles son, por tanto, las más adecuadas para el invierno?
Frutas de invierno
Frutas de invierno
                                               



Vamos a comenzar con la naranja, una fruta que, aunque solemos consumir la especie dulce, también existe de tipo amarga o ácida, más empleada para mermeladas. La composición nutricional de ambas es muy semejante. Así, tienen contenido bajo en azúcares pero alto en fibras solubles, lo que hace que, al mismo tiempo que evitan subidas bruscas de azúcar y favorecen el tránsito intestinal, reducen la absorción de grasas y colesterol y dan sensación de saciedad. Además, son ricas en vitaminas, especialmente precursores de vitamina A, esenciales para la correcta visión y el buen estado de la piel; ácido fólico, imprescindible para el correcto desarrollo fetal y, especialmente, vitamina C fundamental para la formación de colágeno, los huesos y los dientes; el metabolismo de minerales como el calcio y el hierro; y la estimulación del sistema inmune. Finalmente, destaca su contenido en minerales, fundamentalmente el potasio, que interviene en la transmisión y generación del impulso nervioso.
Naranjas
Las naranjas son una excelente elección para este invierno


A continuación, vamos a hablar de las mandarinas o clementinas. Estas tienen una composición muy semejante a las naranjas y, por ello, son ricas en vitaminas del grupo B y C, ácido cítrico, fibra y carotenos entre otros nutrientes.

Gracias a esto, tienen propiedades broncodilatadoras y antioxidantes , favorecen la formación de anticuerpos y, por tanto, mejora el sistema inmune; aumenta la absorción de hierro; alcaliniza la orina, por lo que tiene un claro efecto diurético; y tienen bajo contenido en sodio y alto en potasio, por lo que ayudan a proteger frente a enfermedades cardiovasculares.

El kiwi también puede ser nuestro aliado en esta época del año. A pesar de que muchas veces pasa desapercibido, tiene la misma vitamina C que dos naranjas, lo cual cubre más del doble de nuestras necesidades diarias de esta vitamina; y más potasio que un plátano. Además, son ricos en fibra, presentan un bajo índice glucémico, contiene magnesio, que mejora el sistema del funcionamiento del sistema nervioso y muscular; zinc, que ayuda a la producción de testosterona; y vitamina E, un potente antioxidante que reduce el colesterol y favorece el sistema inmunológico.
Kiwi
El kiwi es una importante fuente de fibra y vitamina C. 


La piña, de origen tropical, se caracteriza por su alto contenido en agua, vitaminas y fibra. Así mismo, contiene hidratos de carbono de absorción lenta, proteínas vegetales, potasio y yodo. Por todo ello, favorece la absorción de hierro, regula el tránsito intestinal, favorece el sistema inmune y es un importante diurético natural, además de depuradora, germicida y antiinflamatoria.

La manzana es una de las frutas con mayor producción a nivel mundial. Es rica en fibras solubles, fundamentalmente pectinas, que ayudan a la disolución de colesterol y a la prevención de la diabetes puesto que evitan subidas bruscas de los niveles de azúcar en sangre.

Además, tiene un elevado contenido en diversos aminoácidos esenciales para la salud como la cisteína (elimina toxinas del hígado), la glicina (que actúa como antiácido), la arginina (que contribuye al crecimiento y reparación de tejidos) o la lisina ( que interviene en la producción de anticuerpos).

Terminamos con la pera, un alimento que, al igual que los anteriores, es muy rico en agua y, por tanto, supone un bajo aporte calórico. Por otro lado, tiene un alto contenido en azúcares sencillos y en fibra, vitamina C y del grupo B, minerales como el sodio, el calcio, el hierro y el potasio; y en taninos, con función astringente y antiinflamatoria.
Peras
La pera tiene un alto contenido en agua


Como ves, todas ellas muy beneficiosas desde el punto de vista nutricional, por lo que ¿con cuál te quedas?


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