29 noviembre 2013

¿A quién no le apetecen unas castañas asadas con este frío?

A todos, con estos fríos días de invierno, nos apetece tomarnos unas castañas asadas mientras paseamos por las calles, ya iluminadas y listas para la Navidad.

Estas, al igual que las almendras, avellanas, anacardos, nueces, cacahuetes, pistachos o piñones son frutos secos, cuya característica fundamental es que tienen un porcentaje de agua inferior al 50%.

Estos alimentos presentan numerosas ventajas nutricionales que nos invitan a tomarlos de manera asidua en todas nuestras dietas. Así, son ricos en vitaminas E y B y en minerales como el calcio, el fósforo, el magnesio, el cobre, el selenio, el zinc y el hierro.
castañas asadas
Castañas asadas



Gracias a esta composición, ayudan a prevenir enfermedades vasculares, son importantes antioxidantes, lo cual ayuda a prevenir enfermedades degenerativas como el cáncer; protegen frente a la osteoporosis y evitan el estreñimiento al ser ricos en fibra entre otras funciones.

Sin embargo, hay que tener cuidado con su consumo y no excederse, puesto que tienen un importante aporte calórico, hasta 500 kcal. por cada 1000 gramos. Esto, se debe a que tienen un bajo aporte en proteínas e hidratos de carbono pero alto en grasas. Es cierto, que se trata fundamentalmente de ácido oleico y linoleico, que influyen positivamente en el control del colesterol, la circulación sanguínea y, en general, la salud del corazón, pero también pueden favorecer problemas tales como la obesidad y el sobrepeso.

Aunque solemos consumirlos como castañas asadas en invierno o en tapas y aperitivos a lo largo de todo el año, hay muchas más maneras de incluirlos en la dieta y que los pueden hacer mucho más apetecibles: acompañando a yogures y quesos, en salsas para pastas, en ensaladas, repostería...

Para animaros, os dejo la siguiente receta de arroz con nueces y rúcula.

Para prepararla para cuatro personas necesitareis dos tazas de arroz integral, media taza de nueces y otra media de piñones, cinco tazas de caldo vegetal, un cuarto de cebolla, unas hojas de rúcula, un chorrito de aceite y una pizca de sal.

En una cazuela se pone el aceite y cuando esté bien caliente se añade la cebolla bien picada y se deja hasta que esté rehogada. Entonces añadimos el arroz, el caldo y una pizca de sal y lo dejamos a fuego lento durante 20-25 minutos.

Cuando lo tengamos listo sólo nos quedará añadir los frutos secos, y decorar con las hojas de rúcula.

¡Espero que os guste!

" Castañita, castañita 
que en el fuego estás,
salta, salta 
que te quemarás.
Castañera, castañera
que asando castañas estás,
ten cuidado, ten cuidado,
o te quemarás"

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